- Más de 100 pacientes han sido tratados con fotoaféresis en el Banco de Sangre y Tejidos
Más de cien personas han sido tratadas con la técnica terapéutica de la fotoaféresis desde el año 2009 en el Banco de Sangre, principalmente en la sede de la Vall d'Hebron por ser la antigua sede central. Esta técnica se realiza gracias a una máquina que extrae la sangre del paciente, separa los linfocitos (glóbulos blancos), les aplica un fármaco, y vuelve a inyectar la sangre tratada al paciente.
Marta Rodríguez, doctora hematóloga del BST de la Vall d’Hebron está siguiendo el rastro de todos los pacientes tratados desde hace 8 años porque "sabemos que funciona, pero no conocemos la realidad exacta de cada caso". Es su tesis de carrera: evaluar el estado de salud de los pacientes a lo largo del tiempo.
El principal inconveniente es que hacen falta dos horas para el tratamiento, 2 veces por semana inicialmente, y tener buenas venas. El primer paciente tratado fue en marzo de 2009, y era un enfermo que después de un trasplante de médula ósea, sufrió la enfermedad de injerto contra huésped (MECH). Se trata de una complicación en la que el tejido trasplantado ataca al cuerpo del paciente. El 95% de los pacientes que reciben tratamiento de fotoaféresis sufren esta enfermedad, con diferentes grados de gravedad y una afectación que puede situarse en cualquier órgano del cuerpo, piel, endurecimiento de las articulaciones... "Si son muy agudos, subimos la máquina a planta para hacer el tratamiento", explica Marta.
El origen de la fotoaféresis se sitúa en el Antiguo Egipto, donde se descubrieron unas sustancias (psolarenos) que predominaban en algunos alimentos como el perejil que se activaban con el sol e iban bien para las afectaciones de la piel. De ahí vienen fármacos que se activan con la luz y que se utilizaban inicialmente en dermatología.
El enfermo se tomaba una pastilla y se le aplicaba luz en la zona de piel a tratar. Se utilizaban y todavía se usan, por ejemplo, para linfomas T cutáneos (muy poco frecuentes), o psoriasis, y eso abrió la posibilidad de tratar directamente los glóbulos blancos y pensar en llegar a todo el organismo.
La fotoaféresis trata pacientes con afectaciones cutáneas y enfermedades relacionadas con los linfocitos, la enfermedad de Crohn, o linfomas cutáneos como la micosis fungoide, por ejemplo.
[caption id="attachment_2769" align="alignleft" width="467"] Teresa Bañeres és receptora de fotoafèresi al BST de la Vall d'Hebron[/caption]
"Reeducar el sistema de defensas"
La fotoaféresis "es una alternativa muy válida para los pacientes con MECH que ya han recibido muchos fármacos inmunosupresores y no les han funcionado". La principal ventaja es que actúa por un mecanismo de inmomodulació, "que no es más que una manera de reeducar el sistema inmune para que deje de fabricar las defensas que atacan al propio cuerpo", apunta Marta. Además, el fármaco que se usa se reduce 200 veces respecto a la dosis en pastilla.
El inconveniente son las 2 horas de tratamiento. Es por ello que se usa como tratamiento alternativo cuando es conveniente, según valore el equipo médico.
Actualmente, además de la Vall d'Hebron, ya se realiza fotoaféresis en los centros donde se hacen trasplantes alogénicos (BST Sant Pau, BST Bellvitge, BST Badalona).
La Teresa tiene mucho menos agarrotamiento de pies y brazos
En la sala de fotoaféresis del BST, Lluís Domínguez, supervisor de enfermería, y David, enfermero, son los responsables de tenerlo todo a punto para que Teresa Bañeres pueda hacer la sesión. Viene con su marido, Ismael, y ya son como de la familia. Ha venido 28 veces desde mayo. Conocen el protocolo. Esta vez le aplicarán dos vías porque el catéter se le infectó. Perdió el conocimiento y su marido la llevó a velocidad de ambulancia al hospital para que le atendieran.
Vienen desde Lleida cada quince días. Un rato antes, Lluís y David han preparado la máquina. La Teresa sonríe por debajo de la nariz con todo. Dice que se nota mucho el tratamiento en los pies, ya no los tiene agarrotados al caminar, y en los brazos y la piel, que ya no la tiene endurecida. Tiene 66 años y hace tres que sufrió leucemia. Le hicieron un trasplante de su hermana y sufre una MECH crónica.
El equipo de enfermería del BST llega a establecer una relación muy estrecha con los pacientes porque deben estar dos horas cada vez que se hacen el tratamiento, dos veces por semana. Así que Ismael y Teresa dicen que ya "son como de la familia". Lo que no saben nunca es hasta cuando se alargará. "Si el médico lo valora, la Teresa pasará a un tratamiento mensual, que puede durar años", explica Lluís.
L’equip d’infermeria del BST arriba a establir una relació ben estreta amb els pacients perquè s’hi han de passar ben bé 2 hores cada vegada i a l’inici del tractament, són 2 cops per setmana. Així que l’Ismael i la Teresa diuen que ja “són com de la família”. El que no saben mai és fins quan s’allargarà. “Si el metge ho valora, la Teresa passarà a un tractament mensual, que pot durar anys”, explica en Lluís.