La sangre es un producto biológico que caduca y, por tanto, no nos sirve de nada acumularla. El proceso ideal para garantizar sangre para todos los enfermos que lo necesitan es el goteo constante de donaciones. Cada día en Cataluña se necesitan 1.000 unidades de sangre y debemos estar preparados para estas necesidades previstas, pero también, para poder hacer frente a cualquier emergencia imprevista.
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Teniendo en cuenta todo esto, el Banco de Sangre y de Tejidos (BST) ha calculado que tener sangre para 10 días es la situación idónea en Cataluña para poder cubrir las necesidades habituales y las posibles eventualidades.
Pero ¿por qué no guardar sangre para unos cuantos días más y así estar más tranquilos? El director asistencial del BST, el dr. Enrique Contreras, explica que esta no es la solución: "Si tuviéramos sangre para quince días, acabaría caducando, y las reservas para diez días garantizan poder hacer frente a todas las situaciones imprevistas sin desperdiciar ninguna donación". El BST ha establecido una escala para dimensionar las reservas de sangre y establecer los parámetros de campañas y de necesidades ideales con todos los centros hospitalarios, manteniendo el equilibrio idóneo. Siempre bajo el mismo concepto: "es la sangre la que debe esperar el paciente, y no al revés" subraya Contreras.
Este verano, el período en que disminuyen más las donaciones, se ha llegado a reservas de 6 días, una situación que no es alarmante pero no es la óptima. "Esto quiere decir que si se dejara de dar sangre, tendríamos sangre para 6 días", explica Contreras. Precisamente, el BST intensifica las campañas durante estos meses para poder llegar a los diez días óptimos.