Conoce las historias de personas que han recibido vida
Pedí donar 4 veces al año cuando he visto lo necesario que era para mi hijo
María José Martínez y "Coco"
Mi hijo Francisco (cariñosamente le llamamos 'Coco') empezó con dolores de barriga, la lengua blanca y malestar. Al final llegaron los vómitos, tenía poco más de 3 años y estuvimos unos meses que no sabíamos lo que le pasaba. Una noche que nos fuimos de urgencias le detectaron una ‘lesión’ en la glándula suprarrenal, según me dijeron, y fue cuando empezó todo, se nos llevaron en ambulancia a oncología de l’Hospital de Sant Joan de Déu y le operaron de urgencias. Yo no sabía ni lo que pasaba, me puse a gritar i llorar. No se nos olvidará nunca.
Esta primera vez no pudieron quitarle el tumor. Y a partir de entonces, hemos estado entrando y saliendo del hospital. Ha pasado por 7 ciclos fuertes de quimio más otros dos años de ácido cisretinoico y más quimio de mantenimiento, y también por muchos ciclos de radio, y operaciones e ingresos. Y de por medio, muchas transfusiones. Llevamos cuatro años en tratamiento.
Ha perdido 3 cursos, empezó la primaria el año pasado y ahora, con 7 años, tiene refuerzo en el cole y en casa, porque no es fácil para él, tiene retraso en muchos aspectos, le falta socializarse con los compañeros, ..., etc. Si no lo vives, no puedes ni imaginarte lo que implica todo esto, no solamente a nivel médico. Tiene suerte de su hermana Mari, su mejor apoyo.
En enero del 2015 por fin le hicieron el ensayo con inmunoterapia. Es una terapia que solo hacían en Estados Unidos pero que en el hospital consiguieron llevarlo aquí. Lo que le hacen es inyectarle anticuerpos, que en su caso provienen de caballo, y se mezclan con los suyos. Así logran que el cuerpo luche contra la enfermedad. Ahora está en remisión, le queda un foco en la cabeza del fémur, pero está remitiendo. Lo que hacemos ahora es atajar las secuelas, de todo tipo.
La gente no sabe lo que les pasa a los niños con cáncer hasta que los ve. Cómo están después del tratamiento, es por desgracia lo que nadie ve.
Yo, al ver la cantidad de sangre y plaquetas que necesitaba cada vez que le hacían quimio, pedí de poder donar 4 veces al año, en vez de tres, que es el máximo que se permite donar anualmente a las mujeres. Escribí al Banc de Sang para que me lo permitieran! Les conté mi caso y, en principio, parece que podré hacerlo! La gente desconoce lo importante que es donar para estos niños!
En estos años hemos pasado de todo. Y también ha habido momentos de todo. Mi marido recorrió andando y sin parar los 280 quilómetros que separan el monasterio de Montserrat y la Basílica del Pilar, en Zaragoza. Luchamos para que haya conocimiento de casos como el nuestro, para dar soporte a las familias y a la necesidad de hacerse más investigación médica.